De enemigo declarado a potencial aliado: así ha sido el viaje de Donald Trump en el ecosistema cripto. En pocos años, pasó de pedir a su secretario del Tesoro que “fuera tras Bitcoin” a prometer una “reserva estratégica de BTC” si vuelve a la Casa Blanca. Este cambio no solo refleja una evolución táctica, sino también la creciente influencia de las criptomonedas en la política de EE.UU.

Del miedo al dólar digital a los NFT presidenciales
Durante su presidencia (2017–2021), Trump fue consistentemente escéptico. En 2019 tuiteó que Bitcoin “no es dinero” y que estaba “basado en aire”, mientras su gobierno empujaba propuestas regulatorias restrictivas, como la de controlar billeteras privadas. Su administración priorizó al dólar como única moneda legítima y vio a las criptomonedas como una amenaza potencial al sistema financiero tradicional.
Pero tras dejar el cargo, algo cambió. En 2022 lanzó su propia colección de NFTs caricaturescos —“Trump Digital Trading Cards”— que se agotaron en horas. Aunque públicamente seguía criticando a Bitcoin, monetizó Ethereum y acumuló activos digitales. Para muchos fue una contradicción: quien antes condenaba a Bitcoin terminó lucrando gracias a su tecnología.
Un 2024 cripto-populista
De cara a su nueva candidatura, Trump ha reconfigurado por completo su discurso. Ahora acepta donaciones en Bitcoin, promete vetar cualquier moneda digital de banco central (CBDC), y se autoproclama defensor de la minería de Bitcoin en suelo estadounidense.
Entre sus promesas destacan:
- Crear un “Consejo Cripto” en la Casa Blanca.
- Proteger la autocustodia de monedas digitales.
- Reemplazar al presidente de la SEC.
- Establecer una “reserva estratégica” de BTC.
Este giro ha sido leído por muchos como una jugada electoral para captar a votantes jóvenes, tecnófilos y libertarios desencantados con el enfoque regulador del actual gobierno.
El impacto en el mercado cripto
Históricamente, las declaraciones de Trump han tenido eco en el precio de Bitcoin. En 2019, su primer tuit crítico provocó una caída de casi 10%. En 2024, sus declaraciones pro-Bitcoin generaron breves subidas y optimismo entre los inversores.
Aunque no todos los movimientos del precio pueden atribuirse directamente a Trump, su figura genera percepción de riesgo (o esperanza) regulatoria. Y eso, en un mercado tan sensible como el cripto, es suficiente para mover el sentimiento.
¿Qué opinan los bitcoiners?
Aquí es donde la historia se vuelve más interesante. La comunidad bitcoiner está dividida:
- Durante su presidencia, la mayoría lo veía como una amenaza. Su retórica anti-BTC y políticas restrictivas no dejaban lugar a dudas.
- Tras los NFTs, muchos lo acusaron de oportunismo. Usó cripto para ganar dinero, sin abrazar sus valores.
- Hoy, algunos inversores lo ven como un “mal menor” frente a figuras más restrictivas. Pero los bitcoiners más ideológicos aún desconfían. Para ellos, Bitcoin es una revolución financiera que no necesita el aval de ningún político.
En resumen: Trump ha logrado capturar la atención —y en algunos casos, el apoyo— de un sector del ecosistema cripto. Pero no ha convencido a todos.
Escenarios posibles: ¿aliado real o cortina de humo?
El giro pro-cripto puede quedarse en la superficie. Las promesas podrían diluirse ante otras prioridades de gobierno, y la comunidad cripto volvería a sentirse utilizada y decepcionada.
Fuentes consultadas:
Declaraciones públicas de Donald Trump en Twitter, entrevistas a medios como Fox Business, BBC, Business Insider, y reportes de medios especializados como CoinDesk, Cointelegraph, The Guardian, Forbes, y RPP. También se consideraron reportes de precio de mercado y análisis de Bitcoin Magazine y El País.

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